En 1275, Alfonso X decide traspasar el gobierno de los castillos próximos a Quesada al Concejo de Úbeda. Influyó en esta decisión, sin duda, el hecho de ser entonces este concejo el más poderoso de la comarca y el hallarse más próximo a una frontera que en no pocas ocasiones dio fuertes sobresaltos a los castellanos.
Quesada, apetecido por los musulmanes entre otras razones por ser defensa natural de Baza, importante núcleo de telecomunicaciones, cambió varias veces de manos, y así que entre los años 1205 y 1310, permaneció alternativamente en manos castellanas y musulmanas.
1.Imagina que vive en la Edad Media. Escribe un breve párrafo cómo es tu vida imaginaría.
Mi vida en al-Ándalus tras nuestra conquista de la Península, los musulmanes fueron tolerantes con los cristianos y los judíos que nos dejaron seguir practicando su religión y sus costumbres.
Nuestra sociedad de al-Ándalus era variada. Estaba formada por personas de distintas religiones.
Los conquistadores musulmanes eran el grupo más poderoso. Ocupaban los cargos del gobierno y eran propietarios de las mejores tierras.
En el al-Ándalus, nuestras ciudades como Córdoba y Sevilla, tenían gran importancia. Estaban amuralladas y tenían calles estrechas e irregulares, la parte principal era la medina, dónde se situaban los edificios más importantes de esas ciudades.
En nuestras ciudades habían muchos artesanos y comerciantes. Los artesanos eran expertos en la cerámica.Elaboraban los productos en los talleres y los vendían en el zoco, que era nuestro mercado.
A partir del siglo X, al-Ándalus se convirtió en un gran centro de cultura. En las ciudades vivían importantes médicos, escritores, astrónomos, matemáticos y filósofos, como Averroes y Maimónides.
Entendemos por algo público aquello que nos pertenece a todos los ciudadanos, y por consiguiente podemos hacer un buen uso de todo ello; todos tenemos que cuidar y ser responsables de todo lo que es público por ejemplo: los colegios, polideportivos, parques, calles, jardines, caminos... todo ello es importante para que un pueblo o una ciudad prospere, de ahí que los pueblos o ciudades que conservan todo ello y respetan todo lo público prosperen más que las que hacen un mal uso.
Todas las personas deberíamos tener una buena educación sobre todo lo que nos rodea, ya que es un compromiso y una responsabilidad que tenemos todos y cada uno de los ciudadanos.
Un ejemplo claro de mala conducta sobre lo público es el tirar la basura al suelo como por ejemplo: los tetrabriks, papel de aluminio, trozos de bocadillos y bolsas de chucherías, pues ello conlleva el tener que contratar a alguien para limpiar debiendo de tener un gasto extra que si la gente tirase la basura a las papeleras como bolsa o botellas.
El respeto sobre lo público hace que a los ciudadanos nos cueste menos dinero. Lo público es imprescindible para el día día de las personas.
Si no tuviésemos servicios públicos no podrían estudiar, trabajar, e ir al médico, etc...
Solo tendrían acceso a los servicios básicos los ricos.
Así que concienciémonos todas las personas de hacer un buen uso y de velar por lo público.
Miguel Ángel 5º
Título: Un país con demasiados reyes.
Autor: Miguel Ángel Mendo.
Resumen: En un pequeño país, ocurría una cosa bastante peculiar: todos sus habitantes eran reyes, sus esposas, reinas, y sus hijos e hijas, príncipes y princesas.
En las tiendas se vendían muebles, tronos y camas imperiales echas por piel de armiño y todos iban a comprar y un raro día apareció un joven caballero que se había perdido por esas tierras. Estaba hambriento y, al toparse con esos palacios, se encontró a un pequeño príncipe jugando en el suelo.
El joven apenas había articulado palabra cuando el niño le interrumpió, ordenando que le llamara Majestad. Cuando el joven prosiguió con su pregunta, el príncipe se interesó por quién era, interrumpiéndole de nuevo.
Y entonces vieron los reyes que un joven caballero estaba con un príncipe y todos los reyes le querían porque le ordenaban que le trajeran las cosas que ellos pedían y el joven caballero escapo y el caballero, atemorizado y atónito a su vez, achuchó a su caballo en señal de que no dejara de galopar hasta perder de vista a esa extraña tierra de reyes y reinas.
