Pero Galba les tendió una trampa y los rodeó con tropas. Muchos murieron acuchillados y otros muchos fueron vendidos como esclavos. Entre los pocos que lograron escapar, se encontraba Viriato.
Había tenido una vida dura, pero conocía a la perfección los montes y caminos de la región y poseía una gran fortaleza física. Pronto se convirtió en el jefe hispano más valiente.
Reclutó guerreros entre los campesinos que habían perdido sus tierras y entre los pastores a los que el ejército romano había arrebatado su ganado.
Durante ocho años, llevó acabó innumerables expediciones contra los romanos. Sus repetidas victorias alarmaron tanto a los romanos que tuvieron que recurrir a la traición para vencerlo. Para ellos, sobornaron a tres de sus ayudantes más cercanos para que lo mataran. Cuando estos fueron a pedir su recompensa, escucharon una frase que es famosa desde entonces: "Roma no paga traidores".
Había tenido una vida dura, pero conocía a la perfección los montes y caminos de la región y poseía una gran fortaleza física. Pronto se convirtió en el jefe hispano más valiente.
Reclutó guerreros entre los campesinos que habían perdido sus tierras y entre los pastores a los que el ejército romano había arrebatado su ganado.
Durante ocho años, llevó acabó innumerables expediciones contra los romanos. Sus repetidas victorias alarmaron tanto a los romanos que tuvieron que recurrir a la traición para vencerlo. Para ellos, sobornaron a tres de sus ayudantes más cercanos para que lo mataran. Cuando estos fueron a pedir su recompensa, escucharon una frase que es famosa desde entonces: "Roma no paga traidores".